viernes, 31 de diciembre de 2010

Agente Bacteriano Caduco.

15 segundos, en silencio y el oxígeno dejó de tener utilidad para mí.

20 minutos, buscando objetos cortantes con la mirada.

28 días, os bastaron a ti y al bisturí para hacerme pedazos.

8 semanas, luché contra las paredes para que dejaran de ahogarme.

2 meses, estuve buscando un hilo lo suficientemente resistente.

1 trimestre, recorriendo tiendas de antigüedades hasta dar con la máquina de coser adecuada.

1 estación del año, asistiendo a clases de costura con los grandes maestros de la materia.

En definitiva, 1 año intentando coser las piezas del puzzle que hiciste de mí.

Y, a día de hoy, me han bastado 3 parpadeos para darme cuenta de que el tejido nervioso de mis heridas cicatrizó por si solo. Aun cuando tú le gritabas que se mantuviese al margen para poder entrar en todas y cada una de mis equivocaciones e infectarlo todo con  tus palabras bacterianas y tus caricias patógenas.

He venido a devolverte la bombona de oxígeno, las cuerdas con las que me ataste a los pies de la cama por si te daba por volver, la mordaza, las bacterias que desprendes y a las que ya me he hecho inmune; y a comunicarte que, al igual que los días del año, se acabaron las palabras que me quedaban para tí.



No te quejarás, he sacado tu perfil bueno.


Por cierto, no hace falta que me devuelvas la dimensión de profundidad, creo que me han hecho una nueva de tanto mirarme bonito.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Cuentos (chinos) de Navidad.


Queridos Reyes Magos:

Uno año más he vuelto a hacerlo todo empezando por el final, me he olvidado de mi misma 5 días por semana. No he cumplido ni uno solo de los propósitos que el champán y yo, codo con codo y como si de un secreto se tratase, nos propusimos el 31 de diciembre.
He reabierto los casos que creí haber cerrado y a los cuales descubrí mordiendome los tobillos He repasado minuciosamente cada una de las pruebas y pacté con el Tranquimazin que, esta vez, no me temblarían las piernas en la rueda de reconocimiento. Conseguí identificar a encubridores y culpables. Me fui de copas con los primeros y, con el consecuente estado de embriaguez, metí a los segundos en mi cama. Y, sin apenas darme cuenta, hice que  quedaran libres de todos los cargos y me convertí en el juez que fue sentenciado culpable.
Así que, siendo realistas, no…no he sido una niña buena. Pero, por no traicionar a la costumbre, vuelvo a escribirles para ver si se apiadan de mi estupidez extrema y de mi , y nos traen algo por navidad.
Pensando en ahorrarles viajes desde Oriente y en todo lo que me urgen cada una de las peticiones, he concluido que deberían traermelo todo este mes de Enero y ya negociaremos a cuantas navidades sin regalos equivalen:

-          Quiero una colección de recuerdos táctiles.
-          Otra de nudos en las entrañas.
-          De seguros a todo riesgo.
-          Un abono de teletransportes.
-          Un curso intensivo de inmersión.
-          Un “quitamiedos” de color rojo.
-          La posesión de 3 de sus ángulos.
-          Provisiones de píldoras anti.coraza.
-          Un estómago nuevo( he debido perder el mío).
-           200 velas.
-          Un escudo y una espada.
-          Y un reloj que de vez en cuando pare el tiempo.




P.D: He cambiado de dirección. Ahora vivo en el país del desconcierto, ciudad de la emoción que me provoca, y calle de las ganas desmesuradas que acabarán por matarme.